miércoles, 11 de septiembre de 2013

¿Se duerme o se hace?

Tengo el privilegio de usar la primera estación del Metro, Niquía, en sentido Norte-Sur, para trasladarme a diferentes sitios de la ciudad. Una de las ventajas es que casi siempre me toca puesto en cualquiera de  los  6 vagones. Además puedo observar en cada parada las personas que se suben. Y hago un pequeño análisis de su expresión verbal y no verbal.

Lo más difícil es tomar fotografías sin que se den cuenta. Pero no hablo de las directivas del Metro porque ya no tienen tantos “celos” como antes, cuando era prohibido que los visitantes registraran imágenes. Hablaré de los usuarios. Es complicado porque algunos se pueden molestar. A otros les causa susto y piensan que los van a robar o secuestrar.
Inicia el recorrido del tren y hasta San Antonio el viaje dura cerca de 20 minutos y hasta el municipio de La Estrella casi 1 hora.




Desde Niquía hasta Envigado los señores duermen, al parecer, para no brindar el puesto a las personas que lo necesitan. No valen los mensajes que repiten todos los días los operadores que hablan sin querer escucharlos y emiten más de 20 mensajes. “Señor usuario recuerde que los niños, las señoras en embarazo, los discapacitados o el adulto mayor merecen un puesto preferencial”.




Se convirtió en “El Diario Metro”. Las personas cierran sus ojos para no cansarse antes de tiempo y no tener contactos con la “Hora Pico”. Pero mi teoría sigue y es para no ceder  el lugar y lo más raro es que se despiertan en la estación destino. Parece que tuvieran un reloj mental  automático con alarma incluida que les indica el lugar de destino. Porque justo se despiertan al otro lado de la ciudad.

En varias oportunidades se sube un Bachiller de la Policía que grita: “alguien que le ceda el puesto a la señora”. También me tocó ver a un asesor Metro que le gritó a un dormido porque era la estación final y nadie más puede continuar.

Por otra parte he observado a algunas mujeres. Ven que los hombres están dormidos y tampoco brindan el puesto a la persona que lo necesita. Se arreglan las uñas, se maquillan, revisan el celular o leen el periódico.

Comprendo que el turno de  algunos empleados supera las 10 horas y luego de salir de la empresa el Metro arrulla el cansancio. Pero vuelvo a aclarar. Hablo de los que recién se van a trabajar. Inician con todas las energías. De igual forma comprendo que en ocasiones los problemas no dejan dormir bien.



Una vez me pasó, trabajé más de 12 horas y cuando busqué el puesto del rincón,  desde el Sur hasta el Norte me dormí, cabeceaba y literalmente babeaba.

El "profe" de Comunicación


Llegó el profesor de Comunicación a una universidad de la ciudad y saludó a los estudiantes. -"Buenos días. Saquen una hoja, es la hora del parcial, la firman porque la prueba se realizará con base en los nombres de las personas de Oficios Varios".

El examen fue el siguiente:

1. Escriban los nombres de los porteros.
2. Escriban el nombre de la señora del aseo y de la tienda. 
3. Escriban el nombre completo de todos sus compañeros.

De inmediato los alumnos pensaron que era una broma porque habían estudiado las fotocopias al pie de la letra y le gritaron:-- "Profe nosotros estudiamos toda la noche y usted sale con esas preguntas tan tontas".

Entonces él les respondió: "queridos educandos, si estudian Comunicación deben interactuar con todas las personas, no se deben limitar a conocer a 1ó 2 compañeros y lo más tonto es memorizar los documentos".


Por: John Hernández 
@periodistaregio

El Manager que no recibe sueldo



Eduardo Gallón es pensionado de una prestigiosa compañía de seguros de Medellín, vive en el barrio La Mota y suele viajar por Colombia para crear grupos de artistas o personajes en el Facebook. Cerca de 100 grupos tiene este cibernauta, entre los que se destaca uno llamado: “Don Bernardo Tobón Martínez: salve usted a la radio”, que puso en marcha para que las celebridades vuelvan a la Frecuencia Modulada.

Este creador de grupos aseguró tener las Redes Sociales cerca de 400 seguidores asociados  al club de fans de Bernardo y cada día aumenta el número, pues la radio colombiana durante su administración fue considerada una de las mejores de nuestro continente y hay que reconocer está de capa caída.

Desde que conoce las redes sociales ha creado un grupo por mes, el que menos usuarios  tiene es de 300 y el que más seguidores posee tiene 3.000. Entre ellos se destacan artistas como “Vivi Osorio” y “Bera Ramírez”.  Y otros más “olvidados” como: “Radios Viejitos” y “Recuperemos el Manual de Carreño”. 

Eduardo Gallón resaltó que para él las redes de grupos significan conocer un mundo nuevo, porque puede encontrar una persona servicial y comentar todos sus estados, fotos y videos. Además la gente de todo el mundo puede conocer las radionovelas y las artistas colombianas.

Sin embargo todo no puede ser entretenimiento, también realiza grupos por intereses académicos, empresariales, políticos, investigativos, pone en venta algo que ya no le  sirve y hace entrevistas.



"Sin pago puedo vivir. Los artistas me divierten".

Eduardo explicó que para tener más de 100 grupos y más de uno con 2.000 fans se necesita “agregar un nuevo amigo”.
-¿Cuánto dinero se gana por ser un manager de Facebook?
“Hablemos pasito, porque me pueden crear competencia, se puede llenar esto de ‘Galloncitos’. Yo trabajo de gratis, es mi tiempo libre, mi hobby y una buena manera de ocultar la soledad. Aunque los artistas no me conozcan, lo hago con gran pasión. Algo muy parecido pasa cuando a uno le gusta una mujer y ella no sabe”.
-¿Por qué escogió Facebook?
“La diferencia de otras redes sociales como Hi5 o Myspace, es  que Facebook representa una tarima para el talento oculto y se pueden  compartir intereses a través de diversas aplicaciones virtuales”.
-¿Cuál será la próxima Red?
“Poco a poco empiezo a trinar y a crear nuevos perfiles, cuando salga del hospital me dedicaré a la red de los famosos, el Twitter”.
-¿Cómo logró conseguir los fans de cada grupo?
“Al principio uno lo toma como una forma para contactar gente que se conoce, pero se termina agregando al amigo del amigo, del amigo”.


Por: John Hernández 
@periodistaregio

A las cometas de Niquía se las llevó el viento



Agosto es referenciado por los bellanitas como el mes de las cometas debido a las fuertes corrientes de aire, pero perdió una de las tradiciones en lo que antes se conocía como las “mangas de Niquía,  ahora se recuerda por el olvido de sus planes. 



Algunos recordarán el plan de ir a elevar cometas al municipio de Bello, barrio Niquía,  incluía, cazar capitanes y renacuajos, pasar por las quebradas, observar las casas de los evangélicos, ir a los charcos, hacer sancochos, doblar un tobillo en un hueco, comprar paletas, turrones, bolis, trepar árboles, comer manzanita de color naranja, raspar rodillas y llegar con la ropa amarilla.
Los jóvenes más independientes, aunque no iban con sus familias, llevaban pan, salchichón y colombiana para tardear. Pero antes de comer, elevaban su propia “cometa” y era la causa de su apetito.
Estos eran los planes tradicionales de los domingos en el mes de agosto para algunas familias de Bello. Algunos habitantes catalogados como los de la “vieja guardia” relataron que son épocas que no volverán.
“Beto González” recordó una anécdota: “era de esos que marchaba con una bolsita, hasta cogía dos palitos y reemplazaba el papel con ella, le ponía pita para que arrancara el vuelo, como si fuera una cometa. Y con camisetas de fútbol, pantalonetas corticas, medias tobilleras y guayos jugaba fútbol por allá”.
“Magnolia Silva” indicó que: “Elevar cometas era un plan agradable para realizar en compañía de los hijos. Nuestra familia madrugaba a pelar el revuelto o realizaba una “moga”. En hojas de plátano o bijao empacábamos: arroz, huevo, chorizo, chicharrón, tajadas, pollo, carne molida y papa migada”.  Pero ahora están grandes y prefieren estar en el computador”.


Era un mes en el que las esquinas y glorietas se encontraban vendedores con “papagayos” y cometas.
Estella Silva recordó que: “en el colegio, antes de salir a vacaciones, a los niños los ponían a hacer las cometas de “papel globo” y  los costos eran relativamente económicos, con mil pesos se hacía una. Además mi esposo, era el que verificaba la dirección del viento, tiraba arena al aire o se mojaba un dedo, le ponía cola de tela a las cometas y le ayudaba a los niños cuando los halaba la cometa. También buscaba las piedras y la leña para hacer fríjoles, mondongo o sancocho, antes de iniciar con la cometa”.
Quizás en otras partes de Bello realicen Festivales de la Cometa, cada  3 ó 6 meses, pero no como antes que el festival, propuesto por las familias,  era cada 8 días.
¿A quién no se le reventó la pita y corrió hasta que la encontró en un árbol o en el techo de una residencia?