viernes, 8 de junio de 2012

El dominio de controlar, la influencia del empleo, la dirección del fracaso o del triunfo se convierten en un juego

Lo más importante en una empresa es ser uno mismo, no hay necesidad de ser alguien con doble personalidad. Recuerdo uno de los procesos de selección más exigentes para entrar a los periódicos regionales de Antioquia. Al igual que el dinero algunos jefes se reconocían por su humildad o por su forma de tratar a sus empleados. Es una persona que inició como periodista y ascendió al cargo más importante. Parecía que en la universidad lo hubieran formado sin valores porque trataba mal a la gente y no enseñaba, le gustaba hacer sentir mal a sus redactores cuando notaba algún error, vez de enseñarle lo destruía con su discurso.

Otro jefe que se le notaba la sencillez, exigente para que le enviaran los textos a tiempo, además en las mañanas y en las tardes sus argumentos para desarrollar la noticia era de la manera más ética para publicar cada artículo. Otra era una mujer jefe que sus argumentos positivos o negativos los retroalimentaba a través de un correo para toda la redacción.

La otra jefe era una mujer que casi nadie la veía y solo pasaba en su carro o por los corredores para revisar el producto final. Esta aparecía cuando sucedía tocaban algún tema político que no era conveniente para el periódico.

Recuerdo un comentario de uno de los periodistas y dijo que no se podía encariñar con ninguno porque había visto pasar a más de mil periodistas en la compañía. Supuestamente el periódico era de una familia política pero no dependían sus decisiones para contratar. Los jefes de personal brindaban la entrega de perfiles, los que se encargaban de tomar las decisiones para que un periodista se quedara eran los empleados con cargos altos y sin ningún vínculo familiar.

Además que pagaban mal los periodistas salían con rencor por el trato que les habían dado, también pueden ser jefes que lleven a la quiebra a una empresa con tanto prestigio. Contratar para despedir genera desestabilidad porque la empresa debe iniciar nuevos procesos para capacitar y el contenido varía sin estilos.
En algunas ocasiones los jefes no dejan progresar a los empleados porque ven demasiado talento que se sienten amenazados. La dirección de una empresa depende de la estabilidad de las personas y recuerdo muchas anécdotas de empresarios y empleados al relatar los años en los que trabajaron en una empresa.

Por : John Hernández
@periodista27

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